Hablar de estética supone hacer referencia al conjunto de trucos de belleza que tienen muchas mujeres y que usan para poder estar radiantes en todo momento. No obstante, siempre se olvida de hacer mención a algo muy singular: los pecados de belleza que todas hemos cometido alguna vez y que no decimos, básicamente por vergüenza.
Sí, no lo niegues, vale que no quieras reconocerlo públicamente, pero cuando sigas leyendo y descubras a qué pecados nos estamos refiriendo seguro que no puedes negar que alguno o varios de ellos los has cometido:
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Depilarse sólo la zona de las piernas que se sabe que es la que va a ser visible con la falda o el vestido. Esto es algo que muchas féminas realizan cuando, por dejadez y falta de tiempo, se han encontrado con mucho vello en sus piernas, tienen que acudir a un evento importante y no cuentan con minutos suficientes para depilárselas por completo.
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Acostarse sin quitarse el maquillaje. Sin lugar a dudas, este es uno de los pecados que más mujeres han cometido. Y es que, después de una noche de fiesta con el cansancio que eso supone y las copas de más que se puedan llevar encima, ¿quién tiene ganas de pararse a desmaquillarse? A la cama y mañana será otro día. Eso sí, al levantarse la cara será un auténtico “poema” y la almohada ya ni os cuento.
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Pintarse las uñas sobre el resto del esmalte anterior. La manicura también requiere su cuidado, pero por ir siempre con la agenda apretada puede ser que haya que salir y las uñas estén hechas un asco, con el esmalte medio caído. Por eso, hay quienes directamente no se paran a quitarse ese sino que aplican capas nuevas encima.
¿Has cometido alguno de estos pecados alguna vez?