Mentiras y verdades sobre el bótox
Hace una década fue cuando apareció por primera vez en nuestras vidas el bótox, un tratamiento de belleza que consiste en la filtración, mediante una aguja, de la llamada toxina botulínica en la zona del rostro de la que se quieran eliminar las arrugas o las líneas de expresión, por ejemplo.
Muchas son las famosas de todo el mundo que han recurrido a este producto y eso ha supuesto que también hayan hecho lo propio numerosos ciudadanos de a pie. No obstante, los malos resultados que se han apreciado en algunas celebrities han hecho que sobre el bótox circulen un sinfín de mentiras tales como estas:
- Produce un efecto de dependencia.
- Trae consigo un numeroso conjunto de efectos secundarios.
- Quien se somete a este tratamiento tiene como resultado un rostro totalmente inexpresivo.
- Cualquier persona puede aplicarlo.
Esas son algunas de las falsedades que más se han extendido acerca del bótox, del que realmente los datos fiables son los siguientes:
- Se encarga de mejorar tanto lo que son las arrugas de tipo dinámico como las líneas de expresión que han ido profundizándose, sobre todo, por el paso del tiempo.
- Consigue rejuvenecer lo que es la expresión de la persona que decide inyectarse aquel.
- Para poder someterse a este tratamiento se hace necesario acudir a un centro especializado en estética. Y es que sólo inyectarán correctamente toxina botulínica los cirujanos plásticos y los médicos que se han cualificado en esa rama.
- El bótox también ayuda a retrasar lo que sería el envejecimiento, de manera aproximada, en un año y medio.
- El resultado que se logra con esta técnica es totalmente natural, siempre y cuando haya sido llevada a cabo por un profesional cualificado y competente.
- La edad mínima requerida para poder inyectarse bótox es de 30 años.
- Este tratamiento sólo puede aplicarse en el entrecejo y en la frente, nunca en los labios.